Experiencia vivida - Recuerdos que inspiran

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Un saludo para mi gente hermosa de Hive.

Hoy quiero compartir con todos ustedes una pequeña reseña de mi vida que viví hace dos años atrás, ¡que rápido pasa el tiempo ¿no? A lo mejor se preguntaran porque el deseo de volver a recordar el pasado aquí les cuento.

Hace algunos días, tome el teléfono celular de mi esposo, estaba observando algunas fotografías que tenía guardadas. Las fotos que estaba mirando eran unas que me había tomado cuando estuve algunos meses viviendo en Colombia, al mirar esas fotografías podía recordar aquellos momentos que viví.

Año 2019. Recuerdo que para ese entonces mi vida era un caos. Estaba pasando por una situación nada agradable junto a mis hijos, la situación económica era fatal y tenía que sostenerlos y se me era difícil trabajar ya que tenía que cuidarlos. Para mí era desesperante no poder tener un empleo para sostener a mis hijos, pero con todo y lo que estaba pasando trataba de encontrar una solución a todo eso. Era tanto la angustia que sentía que no me quedo de otra que salir de Venezuela, porque quería darles una mejor vida a mis hijos.

Así que decidí salir de Venezuela para Colombia donde una amiga me esperaba. Ya todo estaba listo, el trabajo y el hospedaje donde me quedaría, solo me lleve a dos de mis niños. Así que me fui para Colombia a trabajar. Cuando llego a la casa de mi amiga ella me dice que al día siguiente me tocaba presentarme en el trabajo. Recuerdo que llegue un viernes y ese otro día nos dirigimos al trabajo muy de mañana. Nos tocaba tomar un autobús para poder llegar al trabajo, ese primer día que llegamos al restaurante me sentía un poco apenada ya que no conocía a nadie, excepto mi amiga me orientaron las cosas que me tocaba que hacer, así que de una vez comencé a limpiarlo. Era muy amplio aun así no me importó limpiarlo ya que necesitaba el trabajo y el dinero, las hora de trabajo eran de seis de la mañana a seis de la tarde sin poder descansar. Recuerdo que cuando me cansaba me acordaba de mis hijos y retomaba fuerzas para continuar trabajando. Los primeros días fueron difíciles ya que no estaba acostumbrada pero poco a poco me fui acostumbrando.

Un día una de las que trabajaban allí me comentó que por un momento pensó que no iba a poder con toda la limpieza que había que hacer en aquel lugar ya que el restaurante era bastante grande como ya les he mencionado, pero que se equivocó porque lo hacía muy bien e incluso me felicitó por eso. La verdad es que sí era baste amplio el lugar, pero en ningún momento me lamenté por lo que hacía, al contrario me sentía orgullosa de mi misma y al mismo tiempo complacida porque, aunque no era el mejor trabajo del mundo o incluso el mejor pago, me sentía feliz al ver que estaba produciendo y que al igual iba a tener para darles a mis hijos. Es satisfactorio sentir esa sensación que después de t
odo ese esfuerzo y trabajo recibiría mi primer pago. Recuerdo ese día. Lo primero que pensé fue en mis hijos ellos son la razón por la cual día a día me levantaba de madrugada para ir al trabajo.
Hoy día recuerdo todo lo que me toco que vivir y hacer por mis hijos y le doy gracias a Dios porque mis hijos están sanos y muy fuertes, al igual a mi amiga que siempre me apoyó y me animó para que siguiera luchando. De verdad que le agradezco mucho; personas como esas son las que merecen mucho cariño y saberlas valorar.

El tiempo que estuve hospedada en su casa se portó muy amable con mis hijos, demasiado bien de eso no tengo quejas, quería mucho a los niños como si fueran sus sobrinos al igual ellos disfrutaron mucho el tiempo que vivimos en su casa. Para ese entonces estaban muy pequeños. ¡Qué rápido pasa el tiempo! ¡Cómo han crecido! Ya tenemos dos años desde que nos regresamos para Venezuela desde ese entonces no la hemos visitado pero hemos mantenido el contacto.

No se imaginan lo feliz que me siento contándoles un poco de mi experiencia vivida y el mensaje que les dejo es que a pesar de lo difícil que sea la vida, no debemos rendirnos, a pesar de que aún no hemos logrado aquello que tanto que tanto nos hace feliz seguimos luchando, porque no sabemos dónde ni cuándo lo podemos lograr.

Quiero compartir con ustedes algunas fotografias de mis niños y algunas estando en el trabajo espero y las disfruten.

la primera fotografía que estarán mirado es mi hijo menor, para ese entonces solo tenia ocho meses.

aquí esta con blanquita así se llama o se llamaba ese era su nombre porque era blanca, le tenia mucho miedo, así que para que perdiera ese miedo lo montamos encima de blanquita muy hermosa verdad. jaja

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Aquí ya esta un poco mas relajado y tranquilo como pueden observar en su rostro esta sonriendo.

Conociendo algunos lugares de Colombia con mi hijo.

fotografiando a mi hija, estaba feliz sobre todo porque estaba encima de un árbol.

Aquí sigue posando junto al árbol, por cierto estaba muy floreado.

En el trabajo, muy hermoso y con una vista increíble.

Esto ha sido todo.

GRACIAS POR LEERME SALUDO Y UN FUERTE ABRAZO.