Saludos para todos los que integran esta comunidad de Writing Club. En esta ocasión comparto con ustedes un relato que espero pueda serles de mucho agrado.

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A la orilla de un mar que bostezaba por el hastío, un hombre reparaba sus redes con la misma ilusión que nació desde el primer instante que quiso ser pescador, lo hacía de noche y no de día, para que las estrellas se fijaran en su destreza y habilidad para pescar.

En un pequeño puerto, aquel noble personaje desplegaba los amarres de una nave que abrigaba sus más grandes tesoros, aquellos que entre lunas y tormentas le arrebató al mar para llenarse de dicha y felicidad. Era una barca que no corría ni se mecía, solo flotaba en la imaginación de un iluso pescador.

Pero en el ocaso de un majestuoso atardecer, el sol y las estrellas correteaban por la arena en total algarabía, hasta que un lucero sin saber se tropezó con las redes y al caer, soltó las ataduras de una barca que ahora se despedía en silencio de su querido dueño.

Solo las olas del mar en su ir y venir le trajeron al pescador esta trágica noticia, y le dieron algunas lágrimas saladas para que este se pudiera levantar, y así con el tiempo y el viento de su parte, nuestro temerario pescador empezaba a nadar por todo un valle azul a fin de encontrar el tesoro de su barca.

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En solo unos pocos metros de recorrido, el tenaz pescador se encontró con un extraño en el camino, un lirio de mar que sumergía sus pétalos hasta la misma profundidad con la intención de disfrutar todo aquello que no ves por entretenerte solo con la realidad. “Deberías hacer lo mismo” dijo aquel lirio mientras chapoteaba el polen de su dulzura con orgullo y vanidad.

Pero ante el deseo no hay belleza que pueda enamorar a un diligente hombre de mar, que solo desea embarcarse una vez más en lo que fue la cuna de sus sueños, el campo donde sembró sus anhelos y cosechó un maravilloso cúmulo de éxitos que espera pronto recuperar, porque nunca se ha imaginado una vida sin todo lo que en esa barca ha guardado con el fruto de su trabajo.

Era tanto el esfuerzo que el pescador hacía, que a veces tenía que dormir en los brazos de una sonrisa para no perder la esperanza ni caer en agonía, porque eran muchos años los que habían pasado para poder llenar una barca que ahora estaba perdida.

Y fue así como un segundo Invitado se saltó el telón de la bienvenida, y entre gestos y caricias ofreció el mismo mar de los cielos por una barca que cantaba para ser salvada, pero aquel hombre sabía que lo que estaba dentro su nave valía más que mil corales de diamantes.

Y fueron desfilando muchos días de ideas por el ventanal de un pensamiento que jamás quiere rendirse, años de una sabiduría que no necesita nadar para hallar la mejor respuesta que lleve al pescador hasta la dulce silueta de una barca que ahora parece ser una estrella fugaz.

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Mientras más seguía buscando, más grande se hacía el lugar para este valiente pescador que no dejaba de nadar, no había razón para cansarse ni desistir por aquello que siempre había sido el motivo de su gozo e inspiración en la vida. Porque fueron muchos los versos los que en su barca este hombre recitó, y muchos momentos especiales los que sobre el lienzo de las noches oscuras dibujó e hizo brillar con gran intensidad.

Todas las criaturas del mar le hablaban al pescador diciéndole que ya era hora de renunciar, y unos trozos de madera flotando en la superficie daban indicios de un fatal accidente, uno que pretendía acabar y derrumbar el ímpetu de un hombre pescador que ante nada perdía el brillo y la esperanza de encontrar su barca.

Y lo que al principio parecía el engaño de un travieso espejismo, se convirtió en el paisaje de un sueño que no dejaba de bailar, al son de una barca que abría sus brazos ante el esfuerzo de su dueño que jamás se olvidó y dejó de buscarla. Porque fueron muchos los senderos y mayores los retos que tuvo que pasar, pero nada era más grande que aquel sentimiento de poder alcanzar el cielo con la punta de su mano.

Y así el pescador se acobijó en el seno de una nave que nunca pareció marcharse, solo se alejó un poco para que los sueños de su amo se hicieran más grandes y lo hicieran crecer más de lo que ya había logrado, porque aquella barca sabía que el mayor éxito en la vida no se trata de llegar a la meta, sino de toda la vivencia y el aprendizaje que el mismo camino te va dejando.

“La felicidad no está en la cima de una montaña, ni en un lugar específico del ancho mar. La realidad de ser feliz se va forjando en cada paso, cada brazada que des para poder seguir avanzando y luchar por lo que quieres para ser feliz".

De esta forma un pescador enamorado revivió la musa de su alegría en una barca que parecía perdida, un lugar donde aún sigue escribiendo sus poemas y rimas, y continúa atesorando sus triunfos con la dicha de comprender que el más grande de todos los logros reside en la satisfacción que vive en tu corazón y se va llenando con pequeños y grandes detalles que dan color y dicha a tu existir.

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Gracias por darle valor a esta publicación con tu tiempo y atención.

Hasta pronto.

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ENGLISH VERSION

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Greetings to all the members of this Writing Club community. On this occasion I share with you a story that I hope you will enjoy.

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On the shore of a sea that yawned from boredom, a man repaired his nets with the same illusion that was born from the first moment he wanted to be a fisherman, he did it at night and not during the day, so that the stars would notice his dexterity and ability to fish.

In a small port, that noble character deployed the moorings of a ship that sheltered his greatest treasures, those that between moons and storms he snatched from the sea to be filled with joy and happiness. It was a boat that neither ran nor rocked, it only floated in the imagination of an illusive fisherman.

But in the twilight of a majestic sunset, the sun and the stars were scampering across the sand in a total din, until an unknowing star stumbled over the nets and when it fell, it released the ties of a boat that was now silently saying goodbye to its beloved owner.

Only the waves of the sea in their coming and going brought the fisherman this tragic news, and gave him some salty tears so that he could get up, and so with time and wind on his side, our reckless fisherman began to swim through a whole blue valley in order to find the treasure of his boat.

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In just a few meters of travel, the tenacious fisherman met a stranger on the way, a sea lily that submerged its petals to the very depth with the intention of enjoying all that you do not see by entertaining yourself only with reality. "You should do the same" said that lily as it splashed the pollen of its sweetness with pride and vanity.

But in the face of desire there is no beauty that can enamor a diligent man of the sea, who only wishes to embark once again in what was the cradle of his dreams, the field where he sowed his longings and harvested a wonderful accumulation of successes that he hopes soon to recover, because he has never imagined a life without all that in that boat he has kept with the fruit of his labor.

And it was so much effort that the fisherman made, that sometimes he had to sleep in the arms of a smile so as not to lose hope or fall into agony, because many years had passed to fill a boat that was now lost.

And so it was that a second Guest jumped the curtain of welcome, and between gestures and caresses offered the same sea of the heavens for a boat that sang to be saved, but that man knew that what was inside his ship was worth more than a thousand corals of diamonds.

And many days of ideas paraded through the window of a thought that never wants to give up, years of wisdom that does not need to swim to find the best answer that leads the fisherman to the sweet silhouette of a boat that now looks like a shooting star.

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The more he kept searching, the bigger the place became for this brave fisherman who never stopped swimming, there was no reason to get tired or give up for what had always been the reason for his joy and inspiration in life. Because there were many verses that this man recited in his boat, and many special moments that he drew on the canvas of the dark nights and made them shine with great intensity.

All the creatures of the sea spoke to the fisherman telling him that it was time to give up, and some pieces of wood floating on the surface gave hints of a fatal accident, one that intended to end and collapse the momentum of a fisherman man who before anything lost the brightness and hope of finding his boat.

And what at first seemed the deception of a mischievous mirage, became the landscape of a dream that never stopped dancing, to the sound of a boat that opened its arms to the effort of its owner who never forgot and stopped looking for it. Because there were many paths and greater challenges that he had to pass, but nothing was greater than that feeling of being able to reach the sky with the tip of his hand.

So the fisherman cuddled in the bosom of a ship that never seemed to leave, it only moved away a little so that the dreams of its master became bigger and made him grow more than he had already achieved, because that boat knew that the greatest success in life is not about reaching the goal, but all the experience and learning that the same path leaves you.

"Happiness is not at the top of a mountain, nor in a specific place in the wide sea. The reality of being happy is forged in each step, each stroke you take to keep moving forward and fight for what you want to be happy".

In this way a fisherman in love revived the muse of his joy in a boat that seemed lost, a place where he still continues to write his poems and rhymes, and continues to treasure his triumphs with the joy of understanding that the greatest of all achievements lies in the satisfaction that lives in your heart and is filled with small and large details that give color and joy to your existence.

Pixabay by Myriams-Fotos

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Thank you for giving value to this publication with your time and attention.

See you soon.