La primera carta (Poema)

Quiero celebrar que estás
porque tú respiro alimenta mi palpitar,
porque mi fé de tu salubridad
es más honda que el mismo mar,
porque sueño con que mis brazos podrán sentirte
y saberte con más felicidad
-de la manera que me permitas estar-,
porque tú sonrisa provoca la mía
y con ternura curas mis heridas.

El final no será final
porque el alma no sabe de despedias,
porque mi boca no puede tan siquiera modular
para llegarlo a pronunciar,
porque decirte adiós sólo sería
apretar la más grande herida,
cerrar los ojos,
besar tu frente e imaginarte dormida...

Sólo estaré admirando el ser
que detuvo mi caminar,
que ahora está a mi lado y me hace dudar
de estar soñando en mi propia realidad,
estaría abrazándome a tus pétalos
y atesorando tus espinas...

Voy a celebrar tu vida
porque no te definen sólo las hojas caídas,
porque tu savia es antídoto para multiplicar alegrías,
porque de todos los árboles eres el más hermoso
que agranda la sombra para sentirme protegida.

Sólo estaría compungida en posición fetal
confirmándome una vez más
-que probablemente-
eres el amor de mi vida.