Saludos, mis queridos amigos. Encantada de volver a compartir con mis amigos de Encuentro de talentos. Después de un merecido descanso, hoy regresan al programa habitual de todos los martes, en el cual nuestra querida @angelica7 nos invita a mover la energía en positivo y con buena vibra a través de la música.

Y como todos los reencuentros con amigos son maravillosos y la magia se hace presente, ella nos invita a escribir sobre los reencuentros, ya sea entre familiares o amigos, y que mejor comunidad para escribir sobre la magia de los amigos que en esta que nos abre las puertas como un hogar.

La amistad es uno de los tesoros que podemos tener los seres humanos. Es una bendición poder contar con gente cercana con la que puedes compartir sentimientos, pensamientos, gustos, intereses comunes y, además, puedes sentirlos como verdadera familia, aunque no lleven la misma sangre.

Por ahí leí, alguna vez, que los seres humanos podemos vivir felizmente sin pareja, pero no tan felices sin tener amigos alrededor. Así que cuando se tienen amigos, podemos decir que tenemos una fortuna y esta debemos cuidarla y cultivar el vínculo en todo momento.

En los días de Navidad nos reencontramos con amigos muy queridos que llegaron a Bogotá de visita.

Una de ellas, llegó a pasar el fin de año con nosotros desde Medellín. Ella es una chica que estaba vinculada a una de mis hermanas, pero que una vez que se conocieron mi hija y ella, de inmediato hicieron click y surgió una hermosa amistad hasta el punto de que el año pasado Sofi se fue a pasar navidad a Medellín y de ahí quedó la idea de compartir este fin de año.

En junio, yo la conocí personalmente y me pareció una chica encantadora. Conocerla coincidió con mi llegada a este país y me sentí como en casa con toda su bondad y generosidad compartida. Ella es venezolana también, pero ya tiene muchos años aquí.

En aquella oportunidad, ella estuvo presente en la bendición de nuestro apartamento y aprovechamos para celebrar su cumpleaños que era al día siguiente. Sentados en el piso, pues no teníamos nada todavía, entre risas, chistes y alguna que otra lagrimita, pasamos un momento inolvidable. Ahí sentí que una amistad bonita empezaba a surgir.

La amistad que ha nacido entre nosotros es un verdadero gozo. Nos hemos compenetrado tanto, tenemos tantas cosas en común. Ella como nosotros es cero complicada, le encanta salir a pasear y a caminar, disfruta de la naturaleza y es una aventurera.

Reencontrarnos en diciembre, en plenos días de fin de año, nos hizo sentir muy bien. Ella ha sido muy empática con todo lo que hemos vivido como familia y nos ha brindado su mano cariñosa y un abrazo preciso. Amigos como ella tienen un valor enorme para mí.

Ella tiene una energía bonita y mucha magia. Es un verdadero placer en la vida tener amigos y más si son como nuestra querida amiga.

En Cumaná, tengo amigos muy especiales, inolvidables, un tesoro bien guardado en mi corazón.

Hoy, agradezco todos los que se van sumando a mi nueva vida porque me hacen muy feliz y llena de vida, sobre todo si son jóvenes.