"No mires hacia abajo" se repetía calmadamente Laura cada noche cuando su alma se iba de paseo al mundo astral. Ver su cuerpo inerte tendido sobre su cama siempre le causó vértigo, sin embargo cada viaje la llevaba a tantos universos inexplorados que le resultaba imposible resistirse.

Al principio, sintió temor. La idea de que un día el cordón de plata se rompiera, le daba escalofríos, por lo que procuraba no alejarse mucho de su cuerpo, sus viajes se limitaban a dar varias vueltas al vecindario y algunas visitas a amistades que terminaban riendo nerviosos cuando ella les daba detalles de la pijama que habían usado el día anterior.

Luego, decidió educarse sobre el tema. Visitó muchas bibliotecas, leyó varios textos místicos, otros esotéricos, hizo par de talleres y finalmente se unió a un grupo de meditación con los que podía compartir libremente sus experiencias. De hecho, había logrado perfeccionar tanto su técnica, que ya hacia los viajes a voluntad e incluso hacía citas con algunos compañeros del grupo para navegar juntos por las autopistas del no-tiempo.

Arboles parlantes, osos amigables, sirenas fuera del agua, caballos con alas… Lo que experimentaba cada día era diferente, y a medida que agarraba confianza, viajaba cada vez más lejos. También estaban los otros, las sombras que aparecían en las esquinas y la invitaban a bajar más, pero Laura siempre sintió desconfianza, las evitaba cuando tenía el infortunio de tropezarse con alguna. Con los años se dio cuenta que las sombras aparecían en los días pesados, en aquellos en los que por alguna razón, había tenido bajones emocionales. Entonces empezó también a trabajar su emocionalidad, el autocontrol. Laura se sentía realizada, sentía que tenía en sus manos un arma poderosa que ya dominaba con maestría.

Aquella noche su viaje empezó distinto, al poco tiempo de salir un deseo abrupto de volver a su cuerpo y despertar invadió su ser, miró su silueta durmiendo plácidamente y decidió proseguir. Sin embargo la intranquilidad en el pecho la hizo detenerse al tiempo, pensó que tal vez no sería un buen día para viajar y prefirió descender. Bajó lentamente y con el ceño fruncido, tratando de entender por qué se sentía de aquella manera. Palideció al llegar a su recámara. Allí estaba, sentada en la cama y estirando ambos brazos. Solo atinó a escuchar un “gracias” que ella musitó con una sonrisa en el rostro mientras ante sus ojos se ponía sus pantuflas favoritas.

"Don't look down" Laura repeated calmly to herself every night when her soul went on a trip to the astral world. Seeing his inert body lying on her bed always caused her vertigo, however each trip took her to so many unexplored universes that she found it impossible to resist.

At first, she felt fear. The idea that one day the silver cord would break gave her the creeps, so she tried not to stray too far from her body, her trips were limited to several laps around the neighborhood and a few visits to friends who ended up laughing nervously when she gave them details of the pajamas they had worn the day before.

Then, she decided to educate herself on the subject. She visited many libraries, read various mystical and esoteric texts, attended a couple of workshops and finally joined a meditation group with whom she could freely share her experiences. In fact, he had managed to perfect his technique so much, that he already made trips at will and even made appointments with some of the group's companions to navigate the highways of no-time together.

Talking trees, friendly bears, mermaids out of water, horses with wings... What he experienced every day was different, and as he gained confidence, he traveled further and further. There were also the others, the shadows that appeared in the corners and invited her to go further down, but Laura always felt distrustful, she avoided them when she had the misfortune to stumble upon one. Over the years she realized that the shadows appeared on heavy days, on those days when for some reason, she had had emotional lows. Then she also started to work on her emotionality, self-control. Laura felt fulfilled, she felt that she had in her hands a powerful weapon that she already mastered.

That night her journey began differently, shortly after leaving, an abrupt desire to return to her body and wake up invaded her being, she looked at her silhouette sleeping peacefully and decided to continue. However, the uneasiness in her chest made her stop in time, she thought that perhaps it would not be a good day to travel and preferred to descend. She descended slowly and with a frown on her face, trying to understand why she felt that way. She paled as she reached her bedroom. There she was, sitting on the bed and stretching out both arms. He only managed to hear a "thank you" that she mumbled with a smile on her face as she put on her favorite slippers before his eyes.