Saludos a todos por aquí. Me alegra decirles que comparto al igual que ustedes el gusto por el café. Desde pequeña mis padres solían darme café con pan en las mañanas, como desayuno o al menos previo a este, jajaja. Por supuesto, el café que me daban de pequeña no era tan fuerte, era clarito pues cuidaban que uno era niño aún, para protegernos de tomar bebidas tan negras, jajaja, igual se creo la costumbre de tomarlo hasta ahora. Lo cierto es que me gusta mucho el café, negrito y en las mañanas. Me llego a tomar más de 3 tazas diarias y me las disfruto sola o acompañada.

Al igual que una amiga, pienso que hay que agarrar la taza y sentarse a disfrutar cada sorbo de este. Cuando puedo le agrego leche a mi café, también chocolate, y es mi costumbre cada día ponerle unas gotitas de esencia de vainilla a toda la porción de café de esa mañana. También le agrego un toquecito de sal, para reforzar su sabor... exquisito. Con esto de la sal, a algunos no les parece bien y claro al probarlo no les gusta, pero en mi casa, tanto a mi esposo como a mi nos encanta y lo preferimos así. Otra cosa que acostumbro hacer es endulzarlo con melaza de caña, y disfruto su sabor junto al del café.

Por la economía del país y los bajos ingresos, no es muy frecuente salir y tomar café en una panadería o cafetería como tal. Pero de vez en cuando hay oportunidad para hacerlo, en una ocasión en que iba a ponerme un tratamiento médico, una amiga me invitó a tomar un café y algo más. Como esta amiga querida sabía que estaba nerviosa por no saber las consecuencias en mi cuerpo de este tratamiento, me dijo que nada mejor que un café para relajarse y hablar de otras cosas para despejar mi mente. Y estoy de acuerdo con eso. Me llevó a una panadería que sirven estos café de exquisito sabor y con una obra de arte a la vista, para disfrutar de ambos. Y junto a este, te ofrecen dulces si quieres o algo para desayunar.

En lo que nos trajeron lo que pedimos, pudimos disfrutar del aroma y sabor de este cafecito...especial. Hablamos mientras lo tomamos, allí nos dió la oportunidad de conocernos más aún y hasta nos reímos de algunas situaciones que vimos en el sitio en que estábamos. Puedo decir que ese café con leche, "marróncito" como decimos aquí, junto con el ambiente y la tranquilidad del sitio me dieron valor y paz mental, jajaja, hizo un milagro conmigo, jajaja.

En esta panadería, que se llama croisant gourmet, y está en la ciudad de Maturín, estado Monagas, Venezuela, ofrece diversos tipos de panes, dulces fríos y demás para disfrutar junto con el café especial que preparan. Dada la situación de nervios que sentía por lo antes dicho, se me pasó por alto tomar más fotos del local por fuera y de su ambiente dentro, pero se las debo para una próxima oportunidad. Las fotos que les muestro son de mi propiedad.

El café sin dudas, es una de las bebidas que más consumo a diario y me gusta compartirlo con los seres queridos. En esta oportunidad fue un café con arte y buena compañía de una amiga. Sea que lo tome en casa o fuera de esta, lo importante es tenerlo en mi vida cada día, si no, empiezo el día mal, jajaja, esto hace el vicio del café. Hasta otra oportunidad y éxito total en este semana.

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