Tarayes sumergidos
Los tarayes o tamariscos son árboles típicos de humedal que toleran suelos con cierta salinidad, así que se suele encontrar en marismas y humedales como las Tablas, donde hay aporte de agua salobre desde el río Guigüela. Son árboles que resisten bien las sequías y vientos constantes y, por otro lado, están bien adaptados para sobrevivir en suelos encharcados.
Su capacidad de adaptarse al medio es asombrosa. Hasta el punto de que, aunque son muy flexibles, si alguna de sus ramas se quiebra o se desgaja debido a su pequeño porte y su gran ramificación, son capaces de regenerarse, arraigar por ahí y formar nuevos árboles.
Como resultado de este ciclo de caída y regeneración, los entornos donde crecen los tarayes suelen estar llenos de troncos tumbados y arqueados. Estos troncos proporcionan un hábitat ideal para diversos animales, como las nutrias, que aprovechan estos troncos para tomar el sol y descansar.