Las llanuras coloradas
El paraje se extendía, ante los ojos, en tonos bermejos y anaranajados, casi como un recordatorio de la sangre derramada en esas tierras. Al fondo se vislumbraba la cordillera, oscura y fría, que solo agregaba una sensación sombría al ambiente. Frente a esa pradera rojiza, era fácil imaginarse a las antigus tribus luchando por su supervivencia, defendiendo su hogar de unos invasores que, supuestamente, iban a traer la paz. Pero, como siempre, la paz llega con un costo demasiado alto. Ahora, todo lo que quedaba era un paisaje desolado y silentecioso donde el viento soplaba con tono melcólico. Los seres que prometieron salvar a este mundo no dejaron más que ruinas y desolación a su paso.
¿Cómo pudimos permitir que esto sucediera? Pero es tarde para lamentaciones. Sucedió, y ahora pagamos todos las consecuencias. Solo queda esta última oportunidad para tratar de redimirnos, si aún se puede. Debemos llevar a cabo esta misión.