Dentro del marco de actividades propuestas por nuestra comunidad, Womentribe, para el mes de agosto, acerca de la Ecoterapia, vengo hoy con una experiencia muy terapéutica que me proporcionó ejercitar en contacto con la naturaleza.

En días recientes, hice énfasis en la reintegración de las caminatas matutinas en mi rutina diaria porque mi salud ya lo estaba pidiendo en todos los sentidos. A veces salgo sola, y otras veces salgo con Snoopy, mi cachorro. Inicié con algunos tropiezos porque los días lluviosos están en pleno desarrollo, pero cuando el clima amanece a mi favor, y todo está despejado, me alisto muy temprano y en cuanto apunta el sol, hago una ronda que dura aproximadamente una hora, quizás un poco menos. Al regresar a casa, hago unos minutos de stretching, ejercicios de respiración, y luego inicio con mis ocupaciones cotidianas.

Esto ha sido muy beneficioso para mi salud física, me ha permitido trabajar en muchas situaciones que estaban colapsando por la falta de actividad física constante, pero hoy sentí que necesitaba algo aún más nutritivo en estas rutinas, para trabajar no sólo en el bienestar físico, sino también en la parte emocional y mental. En pocas palabras, que la rutina englobara el conjunto completo. Y nadie más podía proporcionarme este bienestar, que la naturaleza.

En la zona donde estoy residenciada, no hay espacios naturales que visitar. Se requiere rodar un poco para llegar a esos sitios que reúnen las condiciones adecuadas y así poder oxigenarse en todos los sentidos; cuerpo, mente, alma y corazón. Esa alternativa no está a la mano cada mañana, por lo que me dediqué a revisar mi propio entorno y recordé que unos vecinos de la urbanización, se dedicaron a transformar un espacio baldío frente a la entrada de nuestra zona residencial, y lo convirtieron en un pequeño huerto, allí sembraron desde plantas ornamentales y medicinales, hasta árboles frutales. Con el pasar de los años, los cuidados y las recientes lluvias, el lugar está muy poblado en vegetación. Es casi un mini bosque dentro del urbanismo.

Within the framework of activities proposed by our community, Womentribe, for the month of August, about Ecotherapy, I come today with a very therapeutic experience that gave me to exercise in contact with nature.

In recent days, I emphasized the reintegration of morning walks in my daily routine because my health was already asking for it in every way. Sometimes I go out alone, and sometimes I go out with Snoopy, my puppy. I started with some stumbles because the rainy days are in full swing, but when the weather dawns in my favor, and everything is clear, I get ready very early and as soon as the sun points, I do a round that lasts about an hour, maybe a little less. When I return home, I do a few minutes of stretching, breathing exercises, and then go about my daily business.

This has been very beneficial for my physical health, it has allowed me to work on many situations that were collapsing due to lack of constant physical activity, but today I felt that I needed something even more nourishing in these routines, to work not only on physical well-being, but also on the emotional and mental part. In short, that the routine encompassed the whole package. And no one else could provide me with this wellness than nature.

In the area where I live, there are no natural spaces to visit. It takes a bit of traveling to get to those places that have the right conditions to oxygenate all the senses; body, mind, soul and heart. That alternative is not at hand every morning, so I dedicated myself to review my own environment and remembered that some neighbors of the urbanization, were dedicated to transform a vacant space in front of the entrance of our residential area, and turned it into a small garden, there planted from ornamental and medicinal plants, to fruit trees. With the passing of the years, the care and the recent rains, the place is very populated with vegetation. It is almost a mini-forest within the urbanism.

A medida que iba caminando por ese lugar, fui sintiendo un cambio, comencé a respirar mejor, me olvidé de cualquier malestar, me desconecté por unos minutos de todo, del mundo, de los problemas, y de las cosas que a diario entorpecen el tránsito libre de la paz. Logré por un breve espacio de tiempo, un equilibrio con la naturaleza indescriptible, y recordé una lectura de meses atrás que decía que nuestro cuerpo comenzaba a sanar internamente a medida que se alcanzaba una buena conexión con los espacios naturales. Ésa era la armonía existente entre nuestro cuerpo y los elementos que la Tierra nos proporciona.

Nuestro cuerpo se encuentra constantemente en un proceso de evolución, los años no pasan en vano, pero queda de nuestra parte la labor de proporcionarle sitios y momentos que generen todo el bienestar posible para que esos cuatro puntos cardinales de nuestro ser: alma, mente, cuerpo y emociones, funcionen de manera equilibrada. La naturaleza nos brinda todas las herramientas necesarias para lograr ese equilibrio y esa armonía, en medio de una relación sana que nos ayuda incluso, a superar cualquier situación que nos desestabilice mental o emocionalmente. Puedo afirmar con propiedad, que es la misma sensación que percibo cuando estoy en contacto con el mar, o con la brisa del campo. Apostemos por más momentos de estrecha conexión con la naturaleza, y comprobaremos lo bien que nos vamos a sentir en todos los sentidos.

Me encantó relatar mi experiencia de bienestar físico, mental y emocional en contacto con la naturaleza, y me gustaría leer sus experiencias personales. A continuación les dejo una iniciativa sencilla que consiste en desarrollar un par de interrogantes: ¿Has sentido alguna vez que la naturaleza te ha proporcionado el bienestar y el equilibrio necesarios para sanar? ¿Cómo ha sido esa relación de armonía con el espacio natural? Espero leerlos pronto, les dejo un abrazo inmenso.

As I walked through this place, I felt a change, I began to breathe better, I forgot about any discomfort, I disconnected for a few minutes from everything, from the world, from the problems, and from the things that daily hinder the free transit of peace. I achieved for a short period of time, an indescribable balance with nature, and I remembered a reading from months ago that said that our body began to heal internally as we reached a good connection with natural spaces. That was the harmony between our body and the elements that the Earth provides us.

Our body is constantly in a process of evolution, the years do not pass in vain, but it is up to us to provide it with places and moments that generate all the well-being possible for those four cardinal points of our being: soul, mind, body and emotions, to function in a balanced way. Nature gives us all the necessary tools to achieve that balance and harmony, in the midst of a healthy relationship that even helps us to overcome any situation that destabilizes us mentally or emotionally. I can properly affirm that it is the same sensation I feel when I am in contact with the sea or with the breeze in the countryside. Let's bet on more moments of close connection with nature, and we will see how good we will feel in all senses.

I was delighted to relate my experience of physical, mental and emotional well-being in contact with nature, and I would like to read about your personal experiences. Here is a simple initiative that consists of developing a couple of questions: Have you ever felt that nature has provided you with the well-being and balance necessary to heal? How was that harmonious relationship with the natural space? I hope to read them soon, I leave you a big hug.

FUENTES DE IMÁGENES // IMAGE SOURCES

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El traductor utilizado es: Deepl Translator // The translator used is: Deepl Translator