Inventamos un nuevo amor o erramos // Iniciativa: ¡Ah; el amor, el amor! (Español/Ingles)

Un saludo amistoso queridos Hivers, es un placer para mi estar nuevamente en la hermosa comunidad de Holos&Lotus esta vez para participar en la gran iniciativa ¡Ah; el amor, el amor! -Malas concepciones que hoy manejamos y lo que en verdad es propuesta por el compañero @emiliorios. Sin duda el amor es todo un tema, cada quien quiere vivirlo a su manera, construir sus relaciones de la forma más cómoda, lamentablemente siempre terminamos viviendo el amor de la manera en la que nos la han impuesto y más que vivirlo terminamos sobreviviendo a él.

Para empezar me gustaría aclarar que para mí el amor no es un sentimiento, es un valor humano, si pudiéramos entender eso y aplicarlo en cada situación de nuestras vidas, tal vez el mundo sería un lugar más amigable y justo. Pero cuando hablamos de las relaciones de pareja, históricamente estas no se han formulado a partir del amor o de sentimientos profundos, todo lo contrario, desde la antigüedad las uniones entre personas se han dado a partir de otro tipo de intereses, ya fuesen económicos o políticos. Por lo que “la pareja” en si misma tiene una naturaleza violenta y muy alejada del amor, donde la mujer siempre ha tenido las de perder, siendo vista como propiedad del varón, quien conseguía ese “derecho” sobre ella negociándola con sus familias a cambio de tierras, dinero o estatus.

Claro que los tiempos han cambiado, desde hace algunas décadas y gracias a una incansable lucha, la mujer es considerada una ciudadana que ha conseguido a la fuerza la mayoría de los derechos que corresponden a todas las personas. Pero ¿cómo ha influido esto en las relaciones de pareja entre hombres y mujeres? La mayoría de las personas se relacionan en estructuras verticales, donde el que tiene más dinero o bienes es el que tiene más voz en la relación. Otra cosa que tampoco ha cambiado mucho es que las parejas aún se ven como propiedad, tanto el hombre como la mujer cosifican a su pareja, haya dinero de por medio o no.

En la actualidad la industria cultural es la que marca el ritmo en el que se mueve el mundo, en cuanto a las relaciones de pareja lo único que ha hecho es reproducir viejos estereotipos sobre el amor. No es de extrañar que la mayoría de las personas sientan miedo o rechazo por la idea de vivir en pareja, sin embargo siguen buscando vincularse porque la sociedad moderna está diseñada para las parejas, ya que son estas las que más consumen.

Vaya que el tema es largo, porque cuando hablamos de las personas no podemos omitir su contexto y mucho menos la carga histórica y cultural que arrastran. Por todo lo anterior, desde hace un tiempo me he negado a creer en la pareja, ya que considero que es un espacio de dominación que responde a los intereses del desorden económico y político mundial, que busca mantenernos ocupados y agotados tratando de sostener relaciones toxicas que a la larga se terminan y nos dejan más pobre a nivel sico-emocional.

Esta postura negacionista de la pareja puede sonar extraña, considerando que desde hace más de ocho años comparto mi vida con una mujer maravillosa que también comparte su vida conmigo, pero lo cierto es que ninguna de las dos tiene una perspectiva de pareja sobre lo que construimos juntas. Más bien es como una comuna sexo-afectiva, donde ambas nos interesamos por los sentimientos y pensamientos de la otra y nos brindamos cuidados y atenciones que tributen a nuestro bienestar individual y colectivo. Todo lo decidimos a través del dialogo, comprometiéndonos amorosamente en cada proceso, a través de acuerdos y contratos que formulamos constantemente.

Practicamos el amor como eje transversal de nuestra convivencia, así que el lenguaje amoroso y el buen trato son un decreto permanente, no solamente entre nosotras, también con las personas con las que convivimos y a las que les abrimos espacio en nuestra pequeña comuna. Pues al no creer en la pareja se nos hace más que necesario validar todos los vínculos que construya cada una, bridándoles las mismas atenciones, cariño y cuidados sin ninguna jerarquización.

Es difícil tratar de construir formas diferentes de relacionarnos, ya que no tenemos ningún referente saludable, de nuestro padres hacia atrás todos los vínculos se han hecho desde la perspectiva de la pareja organizada verticalmente, y en nuestras historias familiares han reinado las mentiras, las traiciones, los chantaje, la violencia física y emocional, la hipocresía, la fachada ante la sociedad y el caos dentro de los hogares. En fin generaciones tras generaciones de personas rotas y cansadas que tratan de sostener sus pedazos con las últimas fuerzas.

Por todo esto mi querida @jetta.amaya y yo nos hemos propuesto a tener una mirada crítica y severa sobre todos estos comportamientos, pero sobre todo a desaprender toda esa herencia dolorosa en torno al amor y las relaciones humanas. Venimos aprendiendo mucho más de las nuevas generaciones, que sin duda son una gran esperanza, cada día son más los jóvenes que rechazan las formas tradicionales de relacionarse, e inventan incansablemente nuevas formas, nuevos modos, nuevos nombres con los que identificarse individualmente y dentro de sus vínculos; a pesar de los tropiezos, porque invitar desde cero no es tarea fácil, mucho menos con un aparato mediático inyectándonos día tras día basura romántica.

Para ir cerrando, aunque este tema me resulta fascinante, creo que la única forma de construir formas sanas y felices de convivir con nuestros vínculos, ya sean de pareja, poliamorosos o del tipo que sean es renunciar a todo lo que se nos ha impuesto y empezar a inventar formas horizontales de amarnos los unos a los otros, sin poseernos, sin cosificarnos, celarnos o dañarnos. Más bien desde el principio de disfrutar la vida plenamente y permitir que los otros disfruten de la suya viviendo en compañía.

Me despido por ahora, creo que hablar del amor y de las relaciones es fundamental, ya que este es uno de los espacios de la vida donde más se dan por hechas las cosas y cada día se hace más necesario conversarlo, problematizarlo y empezar a rechazar conscientemente los comportamientos que nos dañan dentro de los vínculos, si es que queremos tener vidas plenamente felices y en paz. Así que agradecida con el espacio y la oportunidad de expresar un poco lo que pienso al respecto. Hasta pronto.