Las buenas intenciones, no son suficientes…

Las buenas intenciones realmente no son, en su totalidad buenas para el individuo, porque establecernos desde la intencionalidad, nos lleva a vivir en supuestos anhelos.

Por ejemplo, si la intensión primaria es alimentarnos o hidratarnos, deberíamos tener conciencia de lo que realmente necesitamos para suplir esa necesidad sin excesos.

Como en el término sustancial del alimento existen intencionalidades de diversas necesidades para nuestro termino existencial, en el amor, en la educación, en el estudio, en la proyección espiritual y en lo social y en el cuidado exhaustivo de nuestra mente y nuestro cuerpo físico.

Lo real y conciso es ir hacia un término y no pender de un hilo llamado intención, este mundo social este colmado de seres con buenas intenciones, lo primordial es realizar lo que tanto se expresa en intenciones.

No basta seguir viviendo dentro de una burbuja, donde todo lo que se desarrolla en este presente inmediato, quede supeditado a el mañana, pues nos quedamos sin tiempo y no es un término de futurología, es algo real, la inmediatez de la partida es algo tan imprevisible, que se hace recurrente vivir el presente con certezas y sin tantas intensiones, intentar es probar y realmente necesitamos establecer acuerdos personales concretos.

En los términos sociales, solemos ir detrás de un sistema político, con el cual probaremos las intencionalidades de un partido político y sus candidatos y en realidad se nos va la existencia viendo pasar el tiempo tras idealismos inconcretos.

La realidad es que somos los culpables de que esto suceda, pues nacemos y crecemos en un sistema social de supuestos, dado que se discute que haremos o que seremos, cuando seamos grandes, ya instando la intención como mandato recurrente de nuestro futuro.

Hay muy buenas intenciones tras la religiosidad, aunque hay violaciones o abusos constantemente, sucede en el nexo propio de la familia, en las escuelas y en muchos otros ámbitos más.

Claro está, que solo es un punto referencial, el cual acabo de expresar, pero así también puedo representar este cuadro llamado intención.

El camino es incierto por la sencilla razón que la muerte es el destino inevitable, vivamos desde las certezas y respetemos nuestro tiempo existencial como primer medida, ejemplos hay millares si vemos a nuestro alrededor cada individuo existente en este hoy, comprenderemos que no todo es bueno ni tampoco todo es malo, todo es acorde a nuestra necesidad de establecer y no tanto intencionalidad…

Seamos arquitectos y artífices de nuestra propia historia, todos podemos pues respiramos el mismo aire y nos situamos en un mismo sistema llamado planeta…