Tengo la bendición y el privilegio, de vivir en un lugar rodeado de naturaleza. Sí, vivo en la capital de mi país, pero en la urbanización en la que habito hay muchos árboles y estoy muy cerca del Parque Nacional El Ávila, también conocido por su nombre indígena Waraira repano

El vivir en este lugar es una maravilla, aquí puedo escuchar aves cantar en las mañanas, además de admirar a otro tipo de fauna entre zarigüeyas, puerco espines, gavilanes, serpientes y la visita de algunas aves que no viven aquí, pero vienen a buscar alimento, o a tomar una pausa de sus viajes, entre ellas guacharacas, conotos y las hermosas guacamayas o papagayos.

Debo decir que al ser frecuentes y normales sus visitas, las escuchaba, pero nunca me había detenido detallar de manera sería lo que hacían durante sus estadías breves, pero hace unas dos semanas estaba en los jardines temprano en la mañana y escuché su clásico escándalo.

Cuando detallé, estaban muy cerca de un árbol de mango. Presumo que, buscando algunos frutos, como pude, saque mi teléfono celular y logre algunas tomas, unas mejores que otras, entre que estaban a cierta distancia y que se movían cada vez que realizaba un disparo.

Fue maravilloso ver como estas vistosas aves planeaban de una rama a otra y ver como notaron, mi presencia, pero al saber que no podría alcanzarlas, se limitaron a mirarme de vez en cuando y a seguir su rutina.

Las guacamayas son aves sociales, suelen viajar en parejas o en compañía de jóvenes que pueden ser hijos de alguna pareja o estar emparentados con otros miembros de su grupo, a los de estas tonalidades se les identifica como pertenecientes al grupo Ara, que incluye al Guacamayo rojo, aliverde y el Guacamayo azul y amarillo, son los más grandes que algunos otros miembros de la familia de los guacamayos y también se distinguen por ser más sociables.

Los guacamayos usan sus picos como herramientas para alimentarse, también para trepar y romper algunos frutos y al mismo tiempo es usado para expresar cariño hacia sus familiares emplumados, acicalándose entre sí. También puede ser usado para defenderse si es necesario.

No quiero abrumarles con más información, pero sí debo decirles que ver y escuchar a estas aves de cerca es algo maravilloso, sobre todo si una de ellas vuela lo suficientemente bajo como sentir que puede rozar tu cabeza.

La naturaleza es perfecta y aun viviendo en la ciudad nos recuerda que está allí, sé que no es lo mismo vivir en un lugar donde apenas hay árboles y desde muy temprano solo se escucha el corneteo y ruido del tráfico, lo he vivido al visitar amigos y la verdad es horrible, pero si tienes el privilegio de escuchar aves, grillos o ranitas en las noches o madrugadas siéntete privilegiado, pues no todos tienen la posibilidad de ver o sentir la naturaleza cerca de ellos.

Por eso, es tan importante conservar los parques nacionales, las reservas y hasta ese árbol al que algunos odian porque deja caer sus hojas, pues purifica el aire que respiramos.