When I was a child and then a teenager, I hated it when someone who visited my home or someone with whom we could meet in the street, made mention of how much I had grown, now I can not find the exact reason that made me bother me so much, but I remember these moments because for years, I am the one who tells many people among friends and acquaintances how much their children have grown, plus I see myself repeating many of the actions that my mother did at the time with me.

I remember how I hated it when I thought I was grown up and a know-it-all, if my mother called my attention for not telling me if I was going to be late or something similar, at that time it seemed a little controlling, but when it was my turn to be a mother, I understood so much of what she and my grandmother did.

It seems like only yesterday that I heard my son's heart beating inside me for the first time and a few months later I saw his face for the first time, breastfeeding him for the first time, crying when he cried, being sure of what to do, teaching him to eat with silverware, to stop diapers, to dress himself, to talk, walk, read, do homework, go to school meetings, face terrible teachers and give thanks for other very good ones.

Anyway, although I have many memories in my mind and pictures to remember how he looked like in many of the stages of his life, I still can't believe that soon my son will be 21 years old, that he is no longer a baby, although as a mother my desire to take care of him and protect him has not changed at all.

Seeing how raising him to be independent has paid off, on the one hand, gives me satisfaction, on the other hand, a little fear, because he still needs to grow in some areas and noticing how he has been making his own decisions for a while now, whether I like it or not, is something that sometimes is not easy to digest.

But that is what it means for children to grow up, to overcome some stages and start others, to accept that they will take their own paths and perhaps many of the decisions they make will not please us, but we must respect them, because the last thing I want is to castrate my son and see him as I have seen so many others left alone without making their lives, without forming a family, because the umbilical cord was not cut, it is something sad and painful to witness.

I will not deny that in me there is fear for my old age, since it is very true that most of the sons go to form their families and many times they leave behind their mothers forgotten, as there are many cases in which they do not, but I can only trust in what I sowed in my son and see what happens when the time comes, I know he has a huge heart, he is noble and sometimes so naive that he believes in everyone.

To perceive that my son has grown up, that he is taller and stronger than me, is a privilege, but I know that like my mother and my grandmother before me, every time he goes out the door and even when he moves in me, there will be a thousand prayers praying for his safe return home, so big, hairy, old, married, with children and more, I will always remember him as a little thing that was born on November 4th, weighing 3.600 kg and measuring 54 cm.

Cuando yo era una niña y luego una adolescente detestaba, cuando alguien que visitara mi hogar o alguien con quien podíamos coincidir en la calle, hacía mención a cuanto había crecido, actualmente no doy con el motivo exacto que me hacía molestar tanto, pero recuerdos estos momentos porque desde hace años, soy yo la que le dice a muchas personas entre amigos y conocidos cuanto han crecido sus hijos, además de que me veo repitiendo muchas de las acciones que mi madre hizo en su momento conmigo.

Recuerdo como detestaba cuando ya me creía grande y sabelotodo, si mi madre me llamaba la atención por no avisar si llegaría tarde o algo similar, en ese momento me parecía algo controlador, pero cuando llego mi turno de ser madre, comprendí tanto de lo que ella y mi abuela hacían.

Me parece que fue ayer cuando escuché por primera vez el corazón de mi hijo, latir dentro de mí y unos meses después vi por primera vez su cara, el darle por primera vez pecho, el llorar cuando él lloraba, por estar segura de lo que debía hacer, enseñarlo a comer con cubiertos, a dejar los pañales, vestirse solo, hablar, caminar, leer, hacer tareas, ir reuniones de la escuela, enfrentar a maestras terribles y dar gracias por otras muy buenas.

En fin, aunque tengo muchas memorias en mi mente y fotografías para recordar como lucia en muchas de las etapas de su vida, todavía no puedo creer que pronto mi hijo cumplirá 21 años, que ya no es un bebé, aunque como madre mis ganas de cuidarlo y protegerlo no han cambiado para nada.

Ver como rindió frutos el criarlo para ser independiente, por una parte, me brinda satisfacción, por la otra un poco de temor, porque todavía le falta crecer en algunas áreas y notar como ya toma desde hace un buen rato, sus decisiones me gusten o no, es algo que a veces no es fácil de digerir.

Pero el que los hijos crezcan es eso, superar unas etapas y comenzar otras, es aceptar que ellos tomaran sus caminos y tal vez muchas de las decisiones que tomen no nos gusten, pero debemos respetarlas, pues lo último que deseo es castrar a mi hijo y verlo como he visto a tantos quedarse solos sin hacer sus vidas, sin formar una familia, porque simplemente no se cortó el cordón umbilical, es algo triste y doloroso de presenciar.

No negaré que en mí hay temor por mi vejez, ya que es muy cierto que la mayoría de los hijos varones se van a formar sus familias y muchas veces dejan atrás olvidadas a sus madres, como hay muchos casos en los que no, pero solo me queda confiar en lo que sembré en mi hijo y ver que sucede llegado el momento, sé que tiene un enorme corazón, es noble y a veces tan ingenuo que cree en todos.

Percibir que mi hijo ya creció, que es más alto y más fuerte que yo, es un privilegio, pero sé que como mi madre y mi abuela antes de mí, cada vez que salga por la puerta y aun cuando, se mudara igual en mí, habrá mil plegarias rogando por su regreso a casa sano y salvo, así este grande, peludo, viejo, casado, con hijos y más, siempre lo recordaré como una cosita que nació un 04 de noviembre que peso 3.600 kg y midió 54 cm.