Ser ambientalista sigue siendo peligroso

Biosfera es el espacio en la cual se tratan y se discuten los asuntos ambientales incluida la vida. En Biósfera se abordan los temas de la educación ambiental necesaria para tratar de formar un ciudadano y una sociedad sustentable (que no dañe a la humanidad ni al ambiente con su presencia, actividades y construcciones). Tratamos las noticias y campañas ambientales como los nuevos aspectos de la temática ambiental

Desde pequeños o pequeñas, sientes amor por la naturaleza y la defiendes. De pronto, alguien piensa en desarrollo, alguien ve en la naturaleza la oportunidad de inversión y nos convertimos en sus enemigos y enemigas.

Desde las últimas décadas del siglo XX, nos percatamos que nuestras luchas ambientales eran peligrosas, pues éramos objetivo de campaña de descalificación, actuaciones policiales, acusaciones judiciales. Algunas veces recibimos amenazas de agresión y hasta tenemos por nuestras vidas.

Y nos han dicho exagerados, que nos "victimizamos". Pero el desarrollista no tiene límites y quiere su inversión a toda costa y letalidad, convierten al ambientalista en una actividad peligrosa. Nunca olvidamos cuando esa realidad se nos develó intensamente cuando asesinaron a Chico Mendes, allí cerca de nuestro país, en la Amazonía Brasileña. Lo lloramos sin conocerlo personalmente. Así hemos llorado a todas y todos los asesinados por ser defensores ambientales.

Una organización internacional inglesa, Gobal Witness, se autodenomina como defensora de los derechos humanos de activistas ambientales, lleva registro de agresiones, amenazas, criminalización y procedimientos judiciales, intentos de asesinatos o consumación de éstos. A través de las publicaciones de Mogbay, tuvimos acceso a los resultados publicados por Global Witness.

La organización internacional inglesa indica que el año 2020, a pesar de la pandemia, aumentó la agresión contra el movimiento ambiental, asegurando que el año pasado ha sido el "más violento y letal" de todos los registros históricos.

Es evidente porque las publicaciones de Global Witness, en 2019, lamentablemente, asesinaron doscientos doce ambientalistas. Para el año 2020, fueron doscientos veintisiete víctimas (casi un siete por ciento mayor que el 2019). Parece se desataron las acciones letales amparadas en las limitaciones debido a la pandemia.

En la discriminación geográfica, Global Witness refiere, que tres cuartas partes de los caídos, pertenecen a América Latina (tres de cada cuatro asesinatos). Según los registros de esa organización, fue grave ser ambientalista en Colombia (sesenta y cinco asesinatos), México (treinta asesinatos), Brasil (veinte asesinatos), Honduras (diecisiete asesinatos), Guatemala (trece asesinatos), Nicaragua (doce asesinatos) y Perú (seis asesinatos).

Es duro conocer que nuestro hermano y vecino país, Colombia tristemente lidere las cifras por segundo año consecutivo con sesenta y cinco compañeras o compañeros defensores ambientales que fueron asesinados en 2020. Suramérica lidera tristemente con las cifras de Colombia, Brasil y Perú tiene una lamentable participación con noventa y un fallecimientos a manos de criminales ambientales. Centroamérica exhibe una lamentable cifra de cuarenta y dos asesinados por ser ambientalistas.

La Educación Ambiental es fundamental en la prevención de la violencia contra los ambientalistas. Tener presente los valores y conceptos ambientales como parte fundamental de nuestras vidas, evita la agresión contra la naturaleza y contra sus defensoras y defensores.

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