No tomes el manto babilónico (Do not take the Babylonian mantle)

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No tomes el manto babilónico / Do not take the Babylonian mantle

Saludos, hermanos de @mcgicares. En esta oportunidad voy a compartir con ustedes un mensaje que compartí con los hermanos en la congregación ayer. Se refiere al cuidado que debemos de tener para no cambiar la gloria del Señor por algún objeto de este mundo, evitando así caer como cayó Acán y su familia.

Josué 7: 1 Sin embargo, Israel desobedeció las instrucciones sobre lo que debía ser apartado para el SEÑOR. Un hombre llamado Acán había robado algunas de esas cosas consagradas, así que el SEÑOR estaba muy enojado con los israelitas. Acán era hijo de Carmi, un descendiente de Zimri, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
Vemos en este pasaje que Acán tomó lo que se le había prohibido y eso trajo maldición contra toda la congregación de Israel, trayendo como consecuencia que el respaldo del Señor cesara y el pueblo de Israel comenzara a caer en manos de sus enemigos.

Ahora bien, debemos saber qué fue lo que el Señor le prohibió tomar al pueblo, por lo que debemos irnos un capítulo atrás en el que se narra la conquista de Jericó y leemos el siguiente pasaje:

Josué 6: 17 Jericó y todo lo que hay en la ciudad deben ser destruidos por completo como una ofrenda al SEÑOR. Sólo se les perdonará la vida a Rahab, la prostituta, y a los que se encuentren en su casa, porque ella protegió a nuestros espías. 18 No se queden con ninguna cosa que esté destinada para ser destruida, pues, de lo contrario, ustedes mismos serán destruidos por completo y traerán desgracia al campamento de Israel. 19 Todo lo que esté hecho de plata, de oro, de bronce o de hierro pertenece al SEÑOR y por eso es sagrado, así que colóquenlo en el tesoro del SEÑOR.

En una sola palabra lo que estaba prohibido tomar era TODO, el pueblo no debía tomar NADA para sí mismos ni para sus casas, solo lo que era precioso y reutilizable sería consagrado al Señor, es decir, ningún soldado podía tomar nada de Jericó para ellos porque en esta ocasión el botín era la libertad de poder transitar rumbo hacia la tierra prometida.

Esta enseñanza debe hacernos meditar en que Jericó representa en nuestra vida todo aquello que impide que avancemos hacia la tierra que fluye leche y miel, prometida por el Señor a los patriarcas y de quienes somos descendientes por medio de la fe. Esa tierra prometida en nuestra vida es la SANTIFICACIÓN y JUSTIFICACIÓN por medio de la obra redentora de Jesucristo.

En la prohibición se mencionan personas, es decir, no debían tomar mujeres para ellos, ni para levantar descendencia, ni para hacerlas esclavas, ni para venderlas, mucho menos aun a hombres o niños, porque estas personas traerían sus costumbres malditas al pueblo y los corrompería, ocasionando que la presencia del Señor se apartara de la congregación.

Casi todos los soldados obedecieron, menos uno, Acán, por lo que el Señor ordenó destruirlo junto con todo lo que tenía, incluyendo el oro y el dinero que en un principio debieron ser consagrados al Señor, demostrando esto que el recibe solo aquello que se entrega de buena voluntad y no producto de un robo, ya que Acán no lo entregó sino que lo tomó de lo que debió dar al sacerdote.

El pecado de Acán sucedió antes de llegar a la tierra prometida, pero eso no evitó que el pueblo siguiera pecando y tomando lo que le había sido prohibido por el Señor, al punto que el Señor tuvo que reprender a todo el pueblo, incluyendo a los sacerdotes, porque le seguían robando o llevaban al templo lo que no querían en su casa o no podían vender. Repasemos el siguiente pasaje:

Malaquías 1: 6 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice a los sacerdotes: Un hijo honra a su padre y un sirviente respeta a su señor. Si yo soy su padre y su señor, ¿dónde están el honor y el respeto que merezco? ¡Ustedes han tratado mi nombre con desprecio! No obstante, preguntan: «¿De qué manera hemos tratado tu nombre con desprecio?». 7 Mostraron su desprecio al ofrecer sacrificios contaminados sobre mi altar. Entonces preguntan: «¿Cómo hemos contaminado los sacrificios?». Los contaminaron al decir que el altar del SEÑOR no merece respeto. 8 Cuando ofrecen animales ciegos como sacrificio, ¿acaso no está mal? ¿Y no está mal también ofrecer animales lisiados y enfermos? ¡Intenten dar este tipo de regalos al gobernador y vean qué contento se pone!, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. 9 ¡Adelante, supliquen a Dios que sea misericordioso con ustedes! Pero cuando llevan esa clase de ofrendas a él, ¿por qué debería tratarlos bien?, pregunta el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. 10 ¡Cómo quisiera que alguno de ustedes cerrara las puertas del templo para que esos sacrificios despreciables no fueran ofrecidos! No estoy nada contento con ustedes —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales— y no aceptaré sus ofrendas. 11 Sin embargo, mi nombre es honrado desde la mañana hasta la noche por gente de otras naciones. En todo el mundo ofrecen incienso dulce y ofrendas puras en honor de mi nombre. Pues mi nombre es grande entre las naciones, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. 12 Ustedes, en cambio, deshonran mi nombre con sus acciones. Al traer alimentos despreciables declaran que no está mal deshonrar la mesa del Señor. 13 Ustedes dicen: «Es demasiado difícil servir al SEÑOR» y consideran un fastidio mis mandamientos —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—. ¡Imagínense! ¡Están presentando animales robados, lisiados y enfermos como ofrendas! ¿Debo aceptar esa clase de ofrenda de ustedes?, pregunta el SEÑOR. 14 Maldito sea el tramposo que promete dar un carnero selecto de su rebaño, pero después sacrifica uno defectuoso al Señor. ¡Pues yo soy un gran rey —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales— y mi nombre es temido entre las naciones!

Veamos otras formas de hacer cosas incorrectas con lo que el Señor nos permite administrar:

CAÍN, no le bastó con tomar lo mejor de la cosecha para él sino que se molestó porque su hermano dio una ofrenda agradable al Señor y le quitó la vida.

SANSÓN, quien tenía prohibición de consumir vino, tomar mujeres extranjeras y cortarse el cabello, aun así tenía por costumbre emborracharse, mantenía relaciones con filisteas al punto que una filistea quien lo manipuló para que lo tomaran esclavo. De igual manera sucede con aquellos que le dan mal uso a su cuerpo, consumiendo sustancias dañinas como alcohol, drogas, cigarros, incluso los tatuajes porque se introduce tinta en la piel para dejar marcas que hacen referencia a personas o sucesos.

LOS HIJOS DEL SACERDOTE ELÍ tomaban parte de lo que el pueblo llevaba como sacrificio al Señor, es decir, tomaban lo que no les correspondía como porción sacerdotal, y su padre no les estorbaba sino que los dejaba seguir con su ofensa al Señor, por lo que Elí y su descendencia fueron desechados del sacerdocio para siempre. Pecado: ROBO.

EL REY SAÚL se tomaba atribuciones que no le correspondían, presentando sacrificios al Señor y dejando con vida aquello que se le ordenó matar, por lo que el Señor lo desechó también, por lo que comenzó a consultar a los muertos como consecuencia del silencio del Señor en su vida. Pecado: USURPACIÓN.

EL REY DAVID tomó una mujer casada, la embarazó y ordenó matar a su esposo para tratar de tapar su falta, por lo que vino maldición sobre su casa y perdió a casi todos sus hijos de manera violenta. Pecado: ADULTERIO y HOMICIDIO.

NABAL quiso incumplir con su obligación de pagar a quienes le habían servido en el desierto, por lo que no solo tuvo que pagar con cosas sino que perdió su vida. Pecado: SOBERBIA.

GIEZI EL CRIADO DE ELISEO, quiso recibir una honra que no le pertenecía por medio de engaño. Pecado: CODICIA y MENTIRA.

JONÁS EL PROFETA, trató de ocultar el mensaje que el Señor ordenó darle al pueblo de Nínive solo porque el despreciaba a esa ciudad, ya que Nínive hacía guerra contra Israel. Pecado: DESOBEDIENCIA.

LOS SACERDOTES QUE NO EXIGÍAN AL PUEBLO QUE PAGARA LO DEBÍAN AL SEÑOR, bien porque estaban cansados de repetir lo mismo, porque se dedicaban a otras actividades aparte del sacerdocio, porque usaban otras estrategias para conseguir recursos para el templo, o porque daban mal uso a lo que el pueblo llevaba, el asunto es que ya el pueblo se había relajado en cuanto a los diezmos, tributos, ofrendas y primicias que debían llevar al templo. Pecado: SILENCIO y MENOSPRECIO.

Pero la desobediencia no terminó con la reprensión hecha por el Señor por medio del profeta Malaquías, sino que luego nos ha seguido instruyendo por medio sus enseñanzas y de los Apóstoles. Repasemos los siguientes casos:

  1. Esconder el talento dado (Mateo 25:24-25), es decir, no dar buen uso a lo que el Señor nos entrega para que lo administremos y multipliquemos;

  2. Tomar el dinero de las ofrendas (Juan 12:4-6), así sigue pasando que toman lo que otros han llevado para el crecimiento de la obra del Señor;

  3. Reunirse con los que quieren destruir la obra del Señor (Juan 18:3), sigue sucediendo que diciendo ser discípulos se reúnen con los que adversan al Señor para hablar mal de los discípulos del Señor y burlarse del trabajo que hacen;

  4. Negar al Señor con su discurso o actos (Marcos 14:66-72), en un momento dices que no apartarás más del Señor y en otro dices que no eres fanático e incluso negar que asistes a los servicios, sin saber que solo los fanáticos del Señor entraremos en su reino porque no le negamos;

  5. Recibir las cosas que el Señor tiene para su pueblo aun sin querer ser de su pueblo (1 Corintios 11:27-34), si quieren algo, pero no están dispuestos a sacrificarse para honrar al Señor, mejor no reciban nada que se entregue en el templo;

  6. Pretender ser más justos que el Señor (Santiago 4:11-12), lo que sucede cuando juzgamos a otro según nuestra opinión.

Medita en esto: ¿Qué estás tomando de lo que corresponde al templo? ¿Qué estás haciendo con el talento que se te dio a guardar? ¿Qué uso le estás dando a tu cuerpo? ¿Para qué usas tu conocimiento? ¿Qué parte de tu cosecha entregas al Señor? ¿Cuántas veces niegas conocer al Señor por vergüenza? ¿Cuántas veces te quedas con el Samuel que recibiste? ¿Cómo estudias la biblia? ¿Te reúnes con los que quieren destruir la obra del Señor? ¿Guardas para ti lo que el Señor te ordenó sacrificar? ¿Desechas la palabra del Señor para agradar al pueblo?

Si no somos fieles en lo poco, no seremos puestos a administrar las grandes cosas del reino de los cielos.

Si sembramos poco no debemos pretender tener una gran cosecha, no tener cosecha sin siembra.

Si honramos al Señor como nos pide, la honra se extenderá a nuestra descendencia, tal como pasó con Leví por los diezmos de Abraham.

No seamos como Jonás que se airó porque se secó la calabacera que no sembró ni regó, pero que le cubrió del sol por un día.

Greetings, brothers of @mcgicares. In this opportunity I am going to share with you a message that I shared with the brethren in the congregation yesterday. It refers to the care that we must take not to exchange the glory of the Lord for some object of this world, thus avoiding falling as Achan and his family did.

Joshua 7: 1 However, Israel disobeyed the instructions about what was to be set apart for the LORD. A man named Achan had stolen some of those consecrated things, so the LORD was very angry with the Israelites. Achan was the son of Carmi, a descendant of Zimri, son of Zerah, of the tribe of Judah.
We see in this passage that Achan took what had been forbidden to him and that brought a curse against the whole congregation of Israel, bringing as a consequence that the support of the LORD ceased and the people of Israel began to fall into the hands of their enemies.

Now, we must know what it was that the Lord forbade the people to take, so we must go back a chapter in which the conquest of Jericho is narrated and read the following passage:

Joshua 6: 17 Jericho and everything in the city must be completely destroyed as an offering to the LORD. Only Rahab the prostitute and those in her house will be spared, because she protected our spies. 18 Do not keep anything that is meant to be destroyed, or else you yourselves will be utterly destroyed and bring disgrace on the camp of Israel. 19 Whatever is made of silver, gold, bronze, or iron belongs to the LORD and is therefore holy, so place it in the treasury of the LORD.

In one word what was forbidden to take was EVERYTHING, the people were not to take ANYTHING for themselves or for their houses, only what was precious and reusable would be consecrated to the Lord, that is, no soldier could take anything from Jericho for themselves because on this occasion the spoil was the freedom to travel towards the promised land.

This teaching should make us meditate on the fact that Jericho represents in our life everything that prevents us from advancing towards the land flowing with milk and honey, promised by the Lord to the patriarchs and from whom we are descendants through faith. That promised land in our life is SANCTIFICATION and JUSTIFICATION through the redemptive work of Jesus Christ.

In the prohibition persons are mentioned, that is, they were not to take women for themselves, neither to raise up offspring, nor to make them slaves, nor to sell them, much less men or boys, because these persons would bring their accursed customs to the people and corrupt them, causing the presence of the Lord to depart from the congregation.

Almost all the soldiers obeyed, except one, Achan, so the Lord ordered to destroy him and all that he had, including the gold and money that should have been consecrated to the Lord in the first place, demonstrating that he receives only that which is given willingly and not the product of theft, since Achan did not give it but took it from what he should have given to the priest.

Achan's sin happened before reaching the promised land, but that did not prevent the people from continuing to sin and taking what had been forbidden by the Lord, to the point that the Lord had to reprimand all the people, including the priests, because they kept stealing or taking to the temple what they did not want at home or could not sell. Let us review the following passage:

Malachi 1: 6 The LORD of Heavenly Hosts says to the priests: A son honors his father and a servant respects his master. If I am your father and your lord, where is the honor and respect I deserve? You have treated my name with contempt! Yet they ask, "In what way have we treated your name with contempt?" 7 You showed your contempt by offering defiled sacrifices on my altar. Then they ask, "How have we defiled the sacrifices?" They defiled them by saying that the altar of the LORD does not deserve respect. 8 When they offer blind animals as sacrifices, isn't it wrong? And isn't it also wrong to offer crippled and sick animals? Try giving such gifts to the governor, and see how happy he is, says the LORD of Heavenly Armies. 9 Go ahead and beg God to be merciful to you! But when you bring such offerings to him, why should he treat you well, asks the LORD of Heavenly Hosts. 10 How I wish that one of you would close the doors of the temple so that those despicable sacrifices would not be offered! I am not at all pleased with you," says the LORD of Heavenly Hosts, "and I will not accept your offerings. 11 Yet my name is honored from morning till night by people from other nations. All over the world they offer sweet incense and pure offerings in honor of my name. For my name is great among the nations, says the LORD of Heavenly Hosts. 12 You, on the other hand, dishonor my name by your actions. By bringing despicable food you declare that it is not wrong to dishonor the LORD's table. 13 You say, "It is too hard to serve the LORD," and you consider my commandments a nuisance," says the LORD of Heavenly Armies. Imagine! You are presenting stolen, crippled, and diseased animals as offerings! Should I accept that kind of offering from you?" asks the LORD. 14 Cursed is the cheater who promises to give a choice ram from his flock, but then sacrifices a defective one to the LORD. For I am a great king," says the LORD of Heavenly Hosts, "and my name is feared among the nations!

Let us look at other ways of doing wrong things with what the Lord allows us to administer:

CAIN, it was not enough for him to take the best of the harvest for himself but he became upset because his brother gave an offering pleasing to the Lord and took his life.

SANSON, who was forbidden to drink wine, to take foreign women and to cut his hair, was still in the habit of getting drunk, had relations with Philistines to the point that a Philistine woman manipulated him so that he would be taken as a slave. The same happens with those who misuse their body, consuming harmful substances such as alcohol, drugs, cigarettes, even tattoos because ink is introduced into the skin to leave marks that refer to people or events.

THE SONS OF THE PRIEST ELI took part of what the people brought as sacrifice to the Lord, that is to say, they took what did not correspond to them as priestly portion, and their father did not hinder them but let them continue with their offense to the Lord, so Eli and his descendants were discarded from the priesthood forever. Sin: THEFT.

KING SAUL took attributions that did not correspond to him, presenting sacrifices to the Lord and leaving alive what he was ordered to kill, so the Lord also rejected him, so he began to consult the dead as a result of the silence of the Lord in his life. Sin: USURPATION.

KING DAVID took a married woman, got her pregnant and ordered to kill her husband to try to cover his fault, so he came a curse on his house and lost almost all his children in a violent way. Sin: ADULTERY and HOMICIDE.

NABAL wanted to breach his obligation to pay those who had served him in the desert, so he not only had to pay with things but also lost his life. Sin: SOBERBIA.

GIEZI ELISEO'S BROTHER-IN-LAW, wanted to receive an honor that did not belong to him by means of deceit. Sin: CODE AND LIE.

JONAH THE PROPHET, tried to hide the message that the Lord ordered to give to the people of Nineveh only because he despised that city, since Nineveh was waging war against Israel. Sin: DISOBEDIENCE.

THE PRIESTS WHO DID NOT DEMAND THE PEOPLE TO PAY WHAT THEY OWEED TO THE LORD, either because they were tired of repeating the same thing, or because they were engaged in other activities apart from the priesthood, or because they used other strategies to get resources for the temple, or because they misused what the people brought, the point is that the people had already relaxed about the tithes, tribute, offerings and first fruits that they should bring to the temple. Sin: SILENCE and LACK OF MONEY.

But disobedience did not end with the rebuke made by the Lord through the prophet Malachi, but then He has continued to instruct us through His teachings and those of the Apostles. Let us review the following cases:

  1. Hiding the talent given (Matthew 25:24-25), that is, not putting to good use what the Lord gives us to manage and multiply;

  2. Taking the money of the offerings (John 12:4-6), so it continues to happen that they take what others have taken for the growth of the Lord's work;

  3. Meeting with those who want to destroy the work of the Lord (John 18:3), it continues to happen that claiming to be disciples they meet with those who oppose the Lord to speak evil of the disciples of the Lord and mock the work they do;

  4. Denying the Lord with their speech or acts (Mark 14:66-72), in one moment you say that you will no longer turn away from the Lord and in another you say that you are not a fanatic and even deny that you attend the services, not knowing that only the fanatics of the Lord will enter his kingdom because we do not deny him;

  5. Receive the things that the Lord has for his people even without wanting to be of his people (1 Corinthians 11:27-34), if you want something, but are not willing to sacrifice to honor the Lord, better not receive anything that is delivered in the temple;

  6. Claiming to be more righteous than the Lord (James 4:11-12), which happens when we judge another according to our opinion.

Meditate on this: What are you taking from what belongs to the temple? What are you doing with the talent you were given to keep? What use are you putting your body to? What do you use your knowledge for? What part of your harvest do you give to the Lord? How often do you deny knowing the Lord out of shame? How often do you keep the Samuel you received? How do you study the bible? Do you meet with those who want to destroy the work of the Lord? Do you keep for yourself what the Lord commanded you to sacrifice? Do you discard the word of the Lord to please the people?

If we are not faithful in little, we will not be placed to administer the great things of the kingdom of heaven.

If we sow little we must not pretend to have a great harvest, not to have a harvest without sowing.

If we honor the Lord as He asks us, the honor will be extended to our descendants, just as it happened with Levi for Abraham's tithes.

Let us not be like Jonah who was angry because the gourd that he did not sow or water, but covered him from the sun for one day, dried up.



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