Papá ¿Cuándo tendré mis propias llaves de la casa? (Es/En)
Amigos de Hive, les extiendo un cordial saludo acompañado de un fuerte deseo de que se encuentren bien. Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia que viví con mi papá y que al pasar el tiempo me dejó grandes lecciones. Espero que les guste.
Mis padres siempre han tenido la habilidad de darme una extensa explicación sobre algún asunto determinado para apelar a mi capacidad de razonar. Especialmente mi papá quién es muy cariñoso e inteligente. Siempre he admirado su forma de ayudarme a ver las cosas, pero debo confesar que siendo adolescente me parecía que él muy radical en algunas decisiones que tomaba. Aunque yo no siempre entendía el porqué me explicaba tanto, lo escuchaba atentamente con mucho respeto y al final siempre debía obedecer aunque no me pareciera correcto lo que me había dicho.
Recuerdo que cuando comencé a estudiar en el liceo, veía que mis compañeros de clase tenían las llaves de su casa y yo no tenía las mías porque mi papá consideraba que no era lo suficientemente madura para poseer las llaves de la casa y como la verdad es que siempre se me perdían las cosas, debo admitir ahora después de tantos años que tenía razón.
Mi papá me decía que el tener las llaves de la casa implicaba una gran responsabilidad y que me las daría cuando yo entendiera lo que significaba asumir una responsabilidad. Así que me coloqué la meta de ganarme la confianza de mis padres y adquirir la madures necesaria para tener mis llaves. No fue nada fácil, me parecía injusto que mis compañeros tuvieran sus llaves, mientras que yo debía trabajar en cualidades para adquirirlas.
Siempre le comentaba a mi papá que mis compañeros tenían llaves y la respuesta de mi papá era la misma: "Cada padre establece las reglas y las mías son estas". Yo respiraba profundo para no entrar en polémica porque estaba segura de que no había manera de convencerlo. Lo único que debía hacer era esperar y portarme bien para poder optar por las inalcanzables llaves.
La razón por la que quería las llaves era porque eso me hacía sentir grande. Mi mamá siempre nos cuido en casa, así que nunca me quedé afuera tocando mucho tiempo por no tener llaves, además ya habíamos quedado en el arreglo de que si veía la casa cerrada completamente debía buscar las llaves en casa de mi tía que quedaba justo al lado de la mía, así que no tenía ningún argumento de peso que llevara a mi papá a cambiar de opinión al respecto. Claro, yo trataba de persuadirlo diciéndole que si tenía llaves no iba a llevar tanto sol mientras mi mamá me abría la puerta o no iba a ser necesario molestar a mi tía cuando mi mamá saliera, pero todo esto era una batalla perdida porque sé que en el fondo mi papá no se creía esos argumentos.
La verdad es que me atraía la idea de sentirme grande, independiente, madura y creía que las llaves automáticamente me daban cierto estatus entre mis compañeros. En fin, pasaron tres años desde que le pedí las llaves a mi papá hasta que sacó las copias y me las dio. Ya casi iba para cuarto año y cuando las recibí me alegré mucho pero no tanto como imaginé que iba a ser. Antes de darme las llaves mi papá me dio un largo discurso de responsabilidad, aún recuerdo sus gestos de firmeza y seriedad. Es impresionante el tiempo que tuvo que pasar para que yo entendiera cada enseñanza y principio que mi papá se dedicó a inculcarme.
Estando en el liceo llegué a ir a casas de algunos de mis compañeros que tenían llaves y esas casas estaban solas porque ambos padres trabajaban, sin la supervisión de un adulto cocinábamos y jugábamos hasta que un día unos compañeros dañaron una mesa, por estar jugando sin mostrar no ningún respeto por la casa. Esto no lo saben mis padres, pero estuve en más de una ocasión con muchos de mis compañeros esas casas solas, no quiero ni imaginar cómo será este suceso hoy en día que se han rebajado tanto los valores. Honestamente les digo que mi papá siempre tuvo razón en este aspecto. Las llaves de una casa se deben dar a los hijos cuando aprendan a ser responsables y maduros.
Friends of Hive, I extend to you a cordial greeting accompanied by a strong wish that you are well. Today I want to share with you an experience that I lived with my dad and that over time left me great lessons. I hope you like it.
My parents have always had the ability to give me a lengthy explanation on any given subject to appeal to my ability to reason. Especially my dad who is very caring and intelligent. I have always admired his way of helping me to see things, but I must confess that as a teenager I found him to be very radical in some of the decisions he made. Although I did not always understand why he explained so much, I listened to him attentively with much respect and in the end I always had to obey even if I did not think what he had told me was right.
I remember when I started studying in high school, I used to see that my classmates had the keys to their house and I did not have mine because my father considered that I was not mature enough to have the keys to the house and as the truth is that I always lost things, I must admit now after so many years that he was right.
My dad used to tell me that having the keys to the house implied a great responsibility and that he would give them to me when I understood what it meant to assume responsibility. So I set myself the goal of gaining my parents' trust and acquiring the necessary maturity to have my keys. It was not easy, it seemed unfair that my classmates had their keys, while I had to work on qualities to acquire them.
I always told my dad that my classmates had keys and my dad's response was the same: "Every parent sets the rules and mine are these". I would take a deep breath to avoid getting into a controversy because I was sure there was no way to convince him. All I had to do was wait and behave myself so I could opt for the unattainable keys.
The reason I wanted the keys was because it made me feel big. My mom always took care of us at home, so I never stayed outside playing for too long because I didn't have keys, plus we had already agreed in the arrangement that if I saw the house completely locked I should look for the keys at my aunt's house which was right next to mine, so I had no compelling argument that would make my dad change his mind about it. Sure, I would try to persuade him by telling him that if I had keys I wouldn't have to wear so much sun while my mom opened the door for me or it wouldn't be necessary to bother my aunt when my mom went out, but all this was a losing battle because I know that deep down my dad didn't believe those arguments.
The truth is that I was attracted to the idea of feeling big, independent, mature and I believed that the keys automatically gave me a certain status among my peers. Anyway, three years passed from the time I asked my dad for the keys until he got the copies and gave them to me. I was almost in my fourth year and when I received them I was very happy but not as happy as I imagined I would be. Before giving me the keys my dad gave me a long speech of responsibility, I still remember his gestures of firmness and seriousness. It is impressive how long it took for me to understand every teaching and principle that my dad dedicated himself to instilling in me.
When I was in high school I went to the houses of some of my classmates who had keys and those houses were alone because both parents worked, without the supervision of an adult we cooked and played until one day some classmates damaged a table because they were playing without showing any respect for the house. My parents do not know this, but I was in more than one occasion with many of my classmates those houses alone, I do not even want to imagine how this event will be today that values have been lowered so much. I honestly tell you that my dad was always right in this aspect. The keys to a house should be given to the children when they learn to be responsible and mature.
