From my experience, I highly recommend that we develop this skill. For us, who are generating content, it will be very helpful if we are using our computers for that. If you have children, encourage them to do a simple course at home in their free time. I'm sure they won't waste any time. Thanks for making it this far, see you next time!

Cuando ingresé a el ciclo diversificado en mi educación media no sabía que vería la mecanografía como materia académica (por cierto, también vi caligrafía como una materia). Pero al saber ésto, pensé de que sería una materia práctica que podría ejecutar en el ámbito laboral en el futuro. Así que le puse empeño. ¿Cómo eran los métodos de enseñanza que nos aplicaban? Y, ¿de verdad me fue útil? Por favor, quédate para conocer la respuesta.

La materia Mecanografía era una de las pocas que había en el plantel que contaba con su propio salón de clase. Estaba en el último piso de uno de los módulos. Era un salón largo, amplio, lleno de mesas con viejas máquinas de escribir alineadas en tres columnas. Los alumnos las ocupábamos en el orden en el que aparecíamos en la lista de clase. Así que como mi apellido empieza por la letra "A", estaba en la primera fila. Ese era el puesto que tendríamos el resto del curso. Ésa sería nuestra máquina, nuestra mesa, nuestra silla. Es como si tus padres hubiesen elegido con quien te casarás. Algo así.

Afortunadamente, la profesora tenía mucha docencia, amabilidad y paciencia. Eso ayudó mucho al buen aprendizaje. Una de las primeras cosas que nos enseñaron fueron las "teclas guías". Así se llaman esas teclas específicas donde ubicamos los cuatro dedos de cada mano. Empezamos escribiendo una y otra vez palabras que tenían sólo esas ocho letras. Con el paso de las semanas, el libro de texto que usábamos iba agregando letras que pulsábamos con un dedo específico. Poco a poco, ya sabíamos qué teclas se pulsaban con cada dedo. Una vez que ya nos habían enseñado todo eso, venían tres pruebas de fuego.

La primera era una prueba de memorización de las teclas. La profesora nos daba un texto que se ubicaba a un lado de la máquina. Ella se colocaba al otro lado y colocaba una amplia carpeta entre nuestra cara y nuestras manos, tapando nuestra visión hacia el teclado de la máquina. Entonces, había que escribir el texto, obviamente, sin ver las teclas.

La segunda era una prueba de efectividad, y medía qué tan precisos éramos y qué tanto nos equivocábamos. Usábamos un papel stencil, que constaba en un juego de papeles de diferentes composiciones. El primero era un papel bond normal, seguido por otro cargado de tinta, que "pintaría" el tercer papel con cada golpe que vendría producto de cada tecla oprimida. Al terminar de escribir el texto de la prueba debíamos separar el tercer papel y entregarlo a la profesora. ¿Por qué el tercero? Porque era imposible tratar de borrar cualquier error. La tinta especial nos delataría. Así que el profesor veía cuantas pulsaciones habíamos hecho equivocadas.

Y la tercera era una prueba de velocidad. Todo el aula tenía el mismo texto para escribir. La profesora activaba un cronómetro y todos empezábamos a escribir lo más rápido que pudiéramos. Al final del tiempo estipulado ella gritaba: "¡Ya!" Y debíamos detenernos. Entonces lo hacía unas veces más. Retirábamos el papel y ella contaba el número de palabras que habíamos escrito. Cabe destacar de que sólo contarían aquellas en las que no nos hubiésemos equivocado.

Al terminar ese año podía escribir en un teclado sin verlo, sólo fijando la mirada en el texto que necesitaba copiar o a la pantalla o papel que iba escribiendo. Quedé sorprendido recientemente al revisar mis constancias de notas de esos años y tengo aprobada esa materia con 20 puntos, el máximo de nota en ese entonces. No recordaba ese detalle en particular. Supongo que me ayudó el hecho que mencioné al principio: creía que eso lo pondría en práctica en el futuro. ¿Lo logré?

La verdad es que sí. Mis primeros años en los que estudié en la universidad también trabajaba en casa haciendo trabajos de transcripción a computadora y preparación de diferentes materiales para los estudiantes. Era una muy buena ventaja escribir rápido. Podía acabar los trabajos extensos en menos tiempo, y tomar sin tanto miedo aquellos que lo pedían terminado en poco tiempo. Obvio, esos costaban más dinero.

Ya adentrándome en el trabajo como asistente administrativo, personal de firma contable y ejerciendo como contador público colegiado, también pude aplicarlo, al llenar formularios, tablas e informes con buena eficiencia. Claro, ahora es incluso más fácil, puesto que los teclados de las computadoras suelen ser más blandos y suaves que con los que aprendí, en esas viejas máquinas de escribir, duras y hondas.

Ahora que estoy escribiendo blogs, el beneficios es sobresaliente. Puedo escribir con buena velocidad, a medida que las ideas me van llegando y puedo avanzar sin preocuparme mucho en donde están las letras que necesito. Actualmente, en los sitios gratuitos que miden la velocidad y efectividad de la escritura en el teclado hago mediciones como 56 palabras por minuto y una efectividad de 95%.